lunes, septiembre 13, 2010

Punto Muerto

Llega un momento en mi mente donde se acaban las palabras.
Acabo frente al mismísimo abismo donde
se suicidan mis pensamientos y nunca más regresan.
No encuentran oídos a los cuales llegar,
no encuentran un lápiz por el cual caminar,
ni una lágrima que los lleve a pasear por el rostro insensible.

Les puedo ver lanzandose al vacío, frío, 
oscuro e incalculable que termina siendo mi cabeza.
Se las lleva el viento.
No quedan más palabras.

Por un momento quisiera anudar
mis pensamientos y emociones en palabras,
y crear lo que todos esperan de mí:
Una respuesta.

La Cara Oculta de la Mujer (...)

A tí no te gustaban los pies, te recordaban a tu madre,
ni las miradas directas, te sentías vulnerable.
A tí te gustaba dominar a tus amigos,
usarlos como marionetas para tus propios fines.
Jugabas al ajedréz con sus pensamientos
para ir llenando tu sala mental 
con trofeos de partidos ganados... Suciamente.

No me malinterpretes, no te quito mérito, 
eres inteligente, y mucho.
Usabas tu enfermiza triteza violenta para victimizarte,
para martirizarnos a todos. Eso era inteligente.
Tu decías que te alejabas porque te sentías alienada,
cuando sabías perfectamente que eras tú la que nos alienaba,
y luego te alejabas, sólo para no ver el caos que causaste.

A tí no te gustaban los hombres. Tampoco las mujeres.
A tí no te gustaban tus amigos si no hacías las cosas que querías.
A tí no te gustaba la sociedad, te juzgaban de más...
O eras tu la que juzgaba?
A tí no te complacía nada ni nade por mucho tiempo.
A tí no te gustaba vivir, pero seamos sinceras, 
a quien si....
Con esa vida tan miserablemente vacía, sola por tu propio mérito,
con el único norte de llenar tu casa de trofeos
llenos de resentimiento hacia el mundo.