jueves, mayo 21, 2009

Estacionamiento

La nada circundante que me cubre, me molesta. Y más aún: el hecho de no hacer nada por la nada que me rodea... es insoportable. Todo se ha vuelto pesado, como el aire caliente que golpea el pecho cuando abres la puerta de un carro que estuvo mucho tiempo parado en el sol. Me ahogo, pero aún así subo al carro y cierro la puerta. Vidrios cerrados. Seguros abajo. Yo cada vez respiro menos. Sudo, observo mi rededor.
Y trato de tomar el volante y conducir lejos... Lejos... Y resulta que lastima mis manos, y me produce quemaduras de tercer o segundo grado, no lo sé. Yo cada vez respiro menos, no pienso, solo sé que me arden las manos. Los demás observan curiosos a través de las ventanillas, me tratan de ayudar, hacen señas para que suba el seguro de la puerta, para salvarme de la asfixia inminente... Pero yo no hago sino mirarlos, vacía, a los ojos, pensar en la nada que me ahoga como aire caliente, y molestarme conmigo misma por no subir el seguro de la puerta y respirar al fin.

domingo, mayo 03, 2009

Lluvia

Creo que no hay mejor momento que un domingo aburrido para sentarse en el balcón, a ver los otros edificios, y ver el domingo de las otras familias. Que no hay mejor momento para parar un momento. Y recordar. Cerrar los ojos, oler la lluvia venirse, sentir la brisa que amenaza como fríos golpes, y recordar que hacía yo diez años atrás.

Esta semana ha sido para recordar mi niñez, que en su mayoría creo perdida casi por completo.

Veo mis manos y pies, pequeñitos, gorditos y arrugados, desde muy pequeña han sido así, y nunca me han gustado... Sin embargo siempre he sabido que servirían para algo, al fin y al cabo estan ahí por algo, ¿no?.
Veo mi cabello, que como beatle al comienzo, fué creciendo, y, como no me gustaba peinarme, se convirtió en una maraña de pelos sin forma, sin sentido, desordenado, que atacaba a todo el que se le acercara, incluyendo al cepillo.
También logro rescatar de la oscuridad el resto de mi cuerpo, como espaguetti al comienzo, y hasta los seis años llegaron las ruffles de queso al mercado, y conocí mi primera adicción... Así como sus consecuencias.
Pero más allá de la cubierta, quisiera tener momentos, de esos que son como las fotografías de harry potter, de esos que se mueven, que recuerdas palabras, pensamientos, sentimientos, miradas viejas... Como aquella vez que estaba durmiendo en la cama que una vez fué muy grande para mí, y me despierto en medio de la noche y veo por la ventana un hombre mirandome mientras dormía (solíamos vivir en una planta baja).
Y ahora que recuerdo esa vez, tambien empiezo a ver como dibujaba en las tablitas que habían en la base de la cama de arriba de la litera: pequeños garabaticos llenos de colores, tal vez palabras, tal vez dibujos, queda borroso. Y jugar a ser como Mary Poppins y lanzarme con Lorena de la cama de arriba con un paraguas y caer "lento" para sentir que volabamos.
Y está también aquella vez que me puse a revisar cosas en el baño, y encontré unas bolsitas de colores, en forma de sobre. Me robé una, y me la llevé a mi cuarto. Ya a salvo, la abrí. Sorpresa! Habia una especie de almohadita, que pasaban mucho en la televisión, por un lado se pegaba, y por el otro lado era suavecita, y olía rico. Ya que se veía tan confortable, la usé de camita para una de las barbies bebés. Estuvo días y días así... Hasta una vez que le pregunté a mamá, como por cosa mía, que qué eran esas cosas que ella tenía en el baño... Y me respondió con naturalidad que eran unas cosas que las mujeres se ponían en la pantaletica cuando les llegaba la regla.
Del asco nunca mas toqué una, hasta los 13.

Así, uno a uno, los recuerdos se van extinguiendo en pequeños "cortos" de video que no se decir si son ciertos o son simples retazos de películas que me gustaron mucho...
Ya poco a poco la lluvia va cesando: como yo, la ciudad quedó empapada de pequeñas historias atrapadas en gotas. Pareciera que mientras escribía y me dejaba llevar por mi propia tormenta de imágenes viejas, las nubes me mandaban sus relatos para yo traducirlas en palabras mojadas con añoranza de tiempos fáciles e iluminados con ilusiones y colores brillantes.

Quisiera seguir traduciendo.... Pero ya la oscuridad total me volvió a rodear, impidiendome ver hacia atrás. Será para otro domingo lluvioso.